La tasa de ocupación es una de las principales métricas de rendimiento del sector hotelero a nivel internacional y muestra el porcentaje de habitaciones ocupadas en una propiedad, segmento o área geográfica en un determinado momento. El objetivo de una buena gestión de ingresos es alcanzar el nivel de ocupación óptimo para aumentar los ingresos por habitación disponible (RevPAR) y la rentabilidad.
Factores que inciden en la tasa de ocupación
Hay una amplia variedad de factores que pueden afectar los niveles de ocupación de una propiedad, mercado, submercado, etc. Por ejemplo, la presencia de eventos puede generar un aumento de la demanda, lo que, a su vez, incrementa los niveles de ocupación. Algunos conciertos importantes que se llevaron a cabo en Dublín durante el verano de 2022 sirvieron de caso de estudio para analizar la influencia de los grandes eventos en la tasa de ocupación. También vale la pena aclarar que, aunque la demanda del mercado siga creciendo, el aumento sustancial de la oferta en un área puede disminuir los niveles de ocupación.
Con respecto a la propiedad, otro factor que debe tenerse en cuenta es el tamaño y el tipo de hotel. Por lo general, es más difícil llenar un hotel grande todos los días que uno más pequeño. Por ende, las tasas de ocupación suelen ser más altas en las propiedades más pequeñas debido a la diferencia significativa en la cantidad de habitaciones que deben venderse. El mismo principio se aplica a las propiedades de lujo que suelen tener tarifas más altas y apuntan a un mercado más restringido; nuevamente, ese factor puede generar tasas de ocupación más bajas en comparación con otros tipos de propiedades.
En este artículo informativo, STR analizará esta métrica para señalar cómo se puede utilizar, cuáles son las consideraciones importantes que se deben tener en cuenta al analizar las tasas, en qué difiere la ocupación de las demás métricas y cómo se puede mejorar el rendimiento de este KPI.